Como hemos explicado en anteriores artículos, los cogollos de cada variedad de cannabis contienen una proporción de terpenos (perfil de terpenos), que compone su aroma.
Este porcentaje de terpenos viene determinado por la genética de cada planta. Sin embargo, los terpenos son compuestos altamente volátiles (unos más que otros, ya que tienen distintas densidades y por lo tanto pesos), y a menudo se pierde una parte por errores relacionados con el cultivo.
Por tanto, hay variedades que ya de por sí huelen más que otras. Cepas como por ejemplo Holy Grail Kush, Gipsy Haze o Critical Jack son apuestas seguras para aquellos que buscan una fuerte intensidad aromática.
Además, hay variedades con terpenos más volátiles que otras, por ejemplo, hay genéticas que tienen un buen sabor pero que el aroma no se percibe de forma intensa hasta abrir el cogollo, ya que contienen terpenos más pesados.
Lo que acabamos de comentar escapa al control de los cultivadores, ya que es tarea de los breeders seleccionar y desarrollar los fenotipos que luego se lanzan al mercado. Pero el contenido aromático final no depende únicamente de su predeterminación genética, hay otros factores que tienen que ver con prácticas de cultivo y con las condiciones ambientales y que SÍ se pueden controlar.
A continuación te explicamos paso a paso las recomendaciones que se tienen en cuenta para no cometer errores en este sentido.
Controlar el calor y la humedad en los cultivos cannabis
El calor excesivo es el enemigo número uno de los terpenos ya que estas moléculas se evaporan con facilidad cuando son expuestas a temperaturas elevadas.
En cultivos de exterior se hace mucho más difícil controlar la temperatura, pero en indoor es algo se puede hacer fácilmente con el equipo adecuado (extracción e intracción, aire acondicionado si es necesario, etc.).
El calor que aporta el sol hace que inevitablemente se pierdan terpenos. Eso sí, puedes hacer todo lo posible por mantener las plantas con las raíces fresquitas, para que en la medida de lo posible la planta sufra el menor calor posible.
Es importante poder controlar la temperatura del cultivo para que las plantas tengan un crecimiento adecuado, una floración abundante, y una maduración de calidad, con cannabinoides y terpenos en el punto óptimo.
Durante el verano es especialmente difícil controlar la temperatura de los cultivos de interior, es por ello que para cultivar en esta época es indispensable aportar aire frío procedente de aire acondicionado, si se quiere conservar los terpenos al máximo y cosechar con un rendimiento adecuado.
Para evitar que el cultivo pierda terpenos durante la etapa de floración, hay que procurar que la temperatura de la sala de cultivo o armario no supere los 26 grados.
Los excesos de humedad, o dejar que las plantas se sequen demasiado durante el cultivo también puede hacer que pierdan terpenos (igual que durante su secado).
Con esto no sólo se evitará que el cannabis pierda su olor y sabor, sino que además se mantendrá a raya ciertos hongos y plagas.
Evitar puntos calientes
Evitar el calor para que los terpenos no se pierdan no se basa únicamente en controlar que la temperatura de la sala no supere los 26 grados. A veces, puede suceder que el espacio de cultivo esté a una temperatura general adecuada pero que se generen puntos de calor que inciden directamente sobre los cogollos; en ese caso, se estarán perdiendo los terpenos de las flores que se vean afectadas por ese “punto caliente”.
Esto puede suceder por varias razones, la más habitual es que al utilizar luces HPS (High Pressure Sodium), estas desprendan demasiado calor. Si esto sucede, las partes de la planta que estén más cerca de la lámpara absorberán demasiado calor y perderán terpenos. Desafortunadamente las flores que suelen estar más cerca de las luces acostumbran a ser las llamadas “colas”, el cogollo central que a su vez es el más apreciado por los usuarios.
¿Cómo evitar que los cogollos pierdan aroma y sabor por un exceso de calor?
Una solución para evitar que esto ocurra es calcular de manera muy precisa la distancia entre el foco y la planta; sin embargo, con este tipo de iluminación (HPS), hay veces que es necesario acercar la lámpara para que las plantas reciban la cantidad de luz necesaria. Se recomienda poner especial atención al cálculo de la distancia intentando encontrar un equilibrio entre los dos factores para encontrar el punto ideal.
Elige bien tu sistema de iluminación
Otra solución es cultivar con equipos de il.luminación LED, que no solamente suponen un ahorro en la factura de la luz respecto a las lámparas HPS; sino que además desprenden menos calor y, por tanto, ayudan a conservar una mayor cantidad de terpenos en los tricomas. Esto se traduce en un cannabis más sabroso y aromático, y en general de mayor calidad.
Utilizar fertilizantes biológicos
El tipo de abonos que se usen para nutrir a las plantas también influirá de manera directa en el sabor de sus flores. Si bien es cierto que en este caso no se “perderán” terpenos, ciertos productos pueden enturbiar y cambiar el sabor final del cannabis.
La mejor opción es utilizar fertilizantes 100% orgánicos, ya que no interfieren en este sentido como sí lo hacen los minerales. ¿Alguna vez has notado que al fumar cannabis este “rasca” o “pica” en la garganta? Esto es porque probablemente hayan utilizado fertilizantes minerales para su cultivo en lugar de biológicos.
Además, con este tipo de nutrición las plantas desarrollarán su máximo potencial en todos los sentidos y eso también se notará en la cantidad de terpenos producidos. Cuanto más sana y mejor cultivada esté una planta, mayor será su expresión aromática.
Flushing antes de cosechar: un sabor más limpio
Una práctica sencilla que puede potenciar el sabor de tu marihuana es hacer un lavado de raíces unos días antes de la cosecha para eliminar restos de sales y nutrientes de la planta.
El flushing o lavado de raíces consiste en regar abundantes cantidades de agua sola (también se pueden usar productos específicos para ello), para eliminar los posibles restos de nutrientes que hayan quedado atrapados en el sustrato. De este modo, la planta se verá forzada a utilizar los nutrientes residuales que todavía permanecen en su sistema; la planta hace una especie de “detox”, y esto mejora notablemente la calidad de la cosecha. Si aplicas un buen lavado de raíces en el momento adecuado el sabor y el aroma de tus flores será considerablemente mejor.
¿Cuándo es el mejor momento para realizar el lavado de raíces?
Como muchas cosas en la vida, en este caso elegir el momento adecuado juega un papel fundamental. Si se realiza el lavado de raíces demasiado pronto, las plantas de marihuana pueden quedarse sin los nutrientes que necesitan y eso influiría negativamente en la última fase del ciclo.
Por otro lado, si se realiza el lavado demasiado tarde, puede que las plantas no tengan tiempo suficiente para deshacerse de los restos de nutrientes que han acumulado.
Aproximadamente, la ventana para hacerlo está entre 15 y 7 días antes de la cosecha, y dado que cada genética tiene unos tiempos de maduración distintos, lo mejor es observar los tricomas para saber si ha llegado el momento: cuándo los tricomas que antes eran translúcidos se están volviendo lechosos y oscureciendo, habrá llegado el momento.
Los cogollos NO se tocan
Sabemos que no hay nada más apetecible que las flores de las plantas de cannabis madurando y desprendiendo su delicioso aroma. Pero por más que se te haga la boca agua y estés tentado de agarrarlas y olerlas, se recomienda evitar al máximo el contacto directo con los cogollos.
Cada vez se tocan los tricomas, una parte se desprende y termina en las yemas de los dedos. De este modo, se desperdicia una preciada cantidad de terpenos y cannabinoides que debería permanecer en los cogollos.
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¡Hasta la próxima!
Cali Terpenes