¿Por qué el cannabis provoca hambre? La ciencia detrás de los «munchies»

El fenómeno conocido como "munchies" se refiere a ese aumento repentino de apetito que experimentan muchos usuarios después de consumir cannabis. Un efecto ampliamente conocido en el universo cannábico pero ¿Por qué sucede? En este artículo hacemos una revisión de los estudios científicos que han arrojado luz sobre este tema.
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La relación entre el consumo de cannabis y el apetito

La composición de la planta del cannabis está formada por diversas moléculas entre las que destacan los cannabinoides y los terpenos, entre otros. De este primer grupo de compuestos, el THC es el cannabinoide que normalmente se encuentra en mayor cantidad en el cannabis y es el responsable de sus efectos psicoactivos.

Sin embargo, a medida que la ciencia avanza en la investigación sobre el cannabis, se sabe que el THC no solo produce la embriaguez que se asocia al consumo de cannabis, sino que también es útil para el tratamiento de algunas enfermedades como el Glioblastoma (un tipo de cáncer cerebral), así como también parece ser uno de los causantes de que tengamos ganas de comer después de consumir cannabis.

Varios estudios han demostrado que el tetrahidrocannabinol interactúa con los receptores del sistema endocannabinoide, especialmente con los CB1 situados en el cerebro, que regulan diferentes funciones fisiológicas incluyendo la regulación del apetito.

¿Cómo actúa el THC sobre nuestro cerebro?

Cuando consumimos THC, esta molécula se une a los receptores que acabamos de mencionar situados en el cerebro, a través de esta interacción, se desencadenan diferentes reacciones químicas, entre ellas la estimulación del apetito.

Así lo afirma un estudio (1) realizado por Farrimond, Williams y Kirkham (2002), que se realizó con ratas en un laboratorio. Esta investigación científica demostró que los animales demostraban un aumento de la ingesta de alimentos considerablemente mayor que la habitual después de que se les administrara THC.

Los investigadores apuntan a que los cannabinoides administrados de manera exógena, (es decir, que las moléculas no provienen de nuestro organismo, sino de la planta), promueven la alimentación al aumentar el valor incentivador de la comida, y respaldan el papel de los endocannabinoides (los producidos por el organismo), en este caso la anandamida (agonista del THC), en la regulación de la apetencia y la motivación para cubrir esta necesidad fisiológica.

La activación de neuronas en el hipotálamo y el aumento del apetito

La región del hipotálamo del cerebro es la encargada de regular varias funciones vitales para nuestro organismo como por ejemplo la apetencia.

Las neuronas de esta área llamadas Proopiomelanocortina (POMC), tienen un rol crucial en la señalización de la saciedad, normalmente, cuando estas neuronas se activan, sentimos que ya estamos llenos y hemos comido suficiente.

Un estudio (2), realizado con ratas, descubrió que la administración de THC afecta a la actividad de las neuronas POMC en el hipotálamo, aumentando significativamente su actividad. Curiosamente, uno podría pensar que si son las encargadas de “avisarnos” de que debemos parar de comer, al aumentar su actividad, los animales mostrarían una reducción en su ingesta de comida. Sin embargo, sucedió todo lo contrario, se observó un aumento significativo.

Los investigadores de este estudio utilizaron técnicas avanzadas de imagen para monitorear la activación de estas neuronas en el hipotálamo en tiempo real. Lo que descubrieron es que el THC no solo aumentaba su actividad (y con ello el apetito), sino que además se reducía el tiempo latencia para iniciar la ingesta, es decir, el tiempo que los animales tardaban en empezar a comer.

Estos hallazgos llevan a pensar que el THC altera el equilibrio normal de la señalización en el hipotálamo del cerebro, aumentando la producción de neurotransmisores que estimulan el apetito.

Otro estudio científico (3), reveló que los niveles de endocannabinoides en el cerebro aumentan ante la privación de la alimentación, y que bloquear los receptores del sistema endocannabinoide, reduce el apetito.

Estos hallazgos indican que el sistema endocannabinoide tiene un papel muy importante en la regulación del apetito y abre la senda para una mayor exploración del potencial de los cannabinoides en el tratamiento de patologías de la alimentación y trastornos metabólicos.

Además, estos resultados, nos ayudan a entender mejor por qué el cannabis produce el famoso “efecto munchies«.

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La activación de las neuronas situadas en el hipotálamo promueve el apetito

La comida se hace más apetecible: incremento de los sentidos del olfato y gusto después de consumir cannabis

No existe una sola razón para los llamados “munchies”, sino que se trata de un fenómeno multifactorial.

Otra de las razones por las que experimentamos un apetito exacerbado después de consumir cannabis es que se intensifican los sentidos del olfato y el gusto, haciendo que la comida se perciba más atractiva.

Un estudio (4), realizado en 2014, demostró que los cannabinoides aumentan la sensibilidad del olfato a través de su acción sobre los receptores CB1 del bulbo olfatorio (situado en el cerebro). A través de esta interacción, los cannabinoides aumentan nuestra capacidad para detectar olores produciendo una sensación de excitación mayor ante la comida.

El consumo de cannabis aumenta los niveles de Ghrelina y promueve el apetito

La Ghrelina es una hormona que incita a las ganas de comer gracias a su efecto en el hipotálamo, una región del cerebro que, como hemos explicado más arriba, interviene en la regulación de esta función.

Algunas investigaciones (5), apuntan a que el consumo de cannabis aumenta significativamente los niveles de Ghrelina en el organismo, algo que contribuye significativamente a la sensación de tener hambre.

La Ghrelina es comúnmente conocida como “la hormona del hambre”, y se libera inicialmente en el estómago, desde donde viaja hasta el cerebro a través del torrente sanguíneo; una vez allí, actúa sobre la región del hipotálamo con el fin de inducir al apetito. De este modo, nuestro organismo recibe la señal de que necesita alimentarse.

En un estudio realizado por Cumminng et al. (2001), se midieron los niveles de Ghrelina, Insulina y Leptina en plasma durante 24 horas en individuos que recibieron comidas en un horario fijo.

A través de este ensayo, se demostró que los niveles de Ghrelina aumentaban casi al dobre antes de cada ingesta, y disminuían a niveles mínimos después de comer, demostrando así el papel de esta hormona en la regulación del apetito.

Estos resultados, sentaron las bases para que otra investigación (6), demostrara que, efectivamente, el consumo de cannabis interviene en la regulación del apetito a través de la modificación de los niveles de estas hormonas.

Para ello, la investigación reunió a 20 participantes que, en diferentes sesiones consumieron cannabis a través de diferentes vías:

  • Oral
  • Fumado
  • Vaporizado

También se administró un placebo (una fórmula sin cannabis).

Se tomaron muestras de sangre para medir los niveles de Ghrelina, Leptina, GLP-1 e Insulina después de cada consumo. Los resultados de este ensayo revelaron que:

  • Los niveles de insulina en sangre aumentaron cuando los participantes consumieron el placebo debido a que era en formato de brownie; sin embargo, este aumento fue menor cuando realmente consumieron cannabis en la sesión.
  • GLP-1: las concentraciones de esta hormona, que contribuye a regular el apetito, fueron menores cuando los sujetos consumieron cannabis en comparación con el placebo.
  • Ghrelina: los niveles de esta hormona fueron considerablemente más altos después del consumo de cannabis oral en comparación con el cannabis consumido a través de la inhalación.

Con estos hallazgos este estudio demostró que, efectivamente, el consumo de cannabis modifica los niveles de diferentes hormonas relacionadas con el apetito y el metabolismo, comprender estos mecanismos ofrece información muy útil para el posible tratamiento de patologías relacionadas con estas funciones.

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El Cannabis se ha relacionado con el aumento del apetito durante décadas. Hoy en día y gracias a multitud de estudios científicos ya sabemos el por qué.

Cannabis y apetito: perspectivas terapéuticas

El efecto de los cannabinoides sobre la modulación del apetito tiene importantes implicaciones en el ámbito medicinal. Esta reveladora información es muy útil para entender los mecanismos que regulan esta función y puede aplicarse en el tratamiento de los efectos secundarios de algunos tratamientos para el cáncer o el VIH/SIDA, que pueden suprimir las ganas de comer.

Aunque se necesita una mayor investigación para calibrar la seguridad del uso prolongado de cannabis a largo plazo en este tipo de contexto médico, los hallazgos de estos estudios proporcionan la evidencia de que el cannabis puede ser una vía para mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que sufren de pérdida de apetito debido a enfermedades graves.

Conclusión

La ciencia detrás de los munchies revela que esto se produce a través de diferentes mecanismo que impactan a nuestro organismo a través del sistema endocannabinoide. Un proceso en el que interfieren varios factores que incluyen la activación de las neuronas en el hipotálamo, el aumento de la sensibilidad del olfato y el gusto, y varias hormonas endocrinas como la ghrelina.

Estos resultados, no son únicamente interesantes a nivel científico, sino que abren la senda para importantes aplicaciones terapéuticas, ya que el cannabis podría ser una herramienta para paliar los efectos secundarios de varias enfermedades y tratamientos, con un perfil de seguridad mayor que otros fármacos usados en la medicina actual.

Sin embargo, se necesita una mayor investigación sobre este y otros aspectos del cannabis medicinal, nosotros, mientras tanto, seguiremos contándote los avances más recientes en la materia.

1.Farrimond JA, Whalley BJ, Williams CM. A low-Δ9 tetrahydrocannabinol cannabis extract induces hyperphagia in rats. Behav Pharmacol. 2010 Dec;21(8):769-72. doi: 10.1097/FBP.0b013e328340a062. PMID: 20975531.

2. ​​Koch, M., Varela, L., Kim, J. et al. Hypothalamic POMC neurons promote cannabinoid-induced feeding. Nature 519, 45–50 (2015). https://doi.org/10.1038/nature14260

3. Di Marzo, V., & Matias, I. (2005). Endocannabinoid control of food intake and energy balance. Nature Neuroscience, 8(585-589).

4. Soria-Gómez, E., Bellocchio, L., Reguero, L., Lepousez, G., Martin, C., Bendahmane, M., Ruehle, S., Remmers, F., Desprez, T., Matias, I., Wiesner, T., Cannich, A., Nissant, A., Wadleigh, A., Pape, H. C., Chiarlone, A., Quarta, C., Verrier, D., Vincent, P., … & Marsicano, G. (2014). The endocannabinoid system controls food intake via olfactory processes. Nature Neuroscience, 17(407-415). Ver estudio.

5. Cummings, D. E., Purnell, J. Q., Frayo, R. S., Schmidova, K., Wisse, B. E., & Weigle, D. S. (2001). A preprandial rise in plasma ghrelin levels suggests a role in meal initiation in humans. Diabetes, 50(8), 1714-1719.

6. Farokhnia M, McDiarmid GR, Newmeyer MN, Munjal V, Abulseoud OA, Huestis MA, Leggio L. Effects of oral, smoked, and vaporized cannabis on endocrine pathways related to appetite and metabolism: a randomized, double-blind, placebo-controlled, human laboratory study. Transl Psychiatry. 2020 Feb 19;10(1):71. doi: 10.1038/s41398-020-0756-3. PMID: 32075958; PMCID: PMC7031261.

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