¡Seguimos con más curiosas historias sobre la vida del Cannabis junto al ser humano! ¿Viste la anterior entrega?
En esta, hablaremos sobre genéticas «landrace», cómo y por qué el cannabis se convirtió en una planta ilegal, el inicio de la guerra contra las drogas y la llegada de las variedades más Indicas a América.
Landrace: el origen de los híbridos modernos
Tal y como te explicamos en el anterior capítulo, el cannabis se diseminó por todo el planeta a través de los comerciantes que portaban sus semillas en sus viajes hacia otras regiones del globo. De este modo, el cannabis comenzó a cultivarse de manera tradicional en algunas regiones como Pakistán, Tailandia, África o América Central.
Esas variedades que se adaptaron al clima de cada región y que fueron domesticadas a través de su cultivo y selección por los locales de la zona, son lo que hoy en día denominamos variedades Landrace de cannabis.
¿Qué es una variedad Landrace de cannabis?
Una Landrace es una cepa de marihuana que no está presente de manera salvaje en la naturaleza, sino que ha sido moldeada por el hombre para resaltar aquellas cualidades que más interesan para cultivarlas en una zona geográfica determinada.
Sin embargo, a diferencia de los híbridos modernos, las Landrace no han pasado por exhaustivos procesos de crianza y selección y, por tanto, su “piscina genética” es más amplia. Esto significa que contienen mayor cantidad de genes que pueden codificar para rasgos no deseados, es decir, tienen un menor grado de homocigosis que los híbridos que existen hoy en día en el mercado.
La homocigosis se produce cuando se “limpian” aquellos genes que codifican para características que no interesan al “breeder”, cuanto más alto sea el grado de homocigosis de una genética, mayor será el nivel de estabilidad de la cepa.
Es decir, cuando un usuario compra semillas de cannabis a un banco que ha realizado estos procesos de breeding para estabilizar sus genéticas, sabe que la variación entre las distintas plantas de su cultivo será poca. En definitiva, la homocigosis garantiza que el cultivador pueda obtener el resultado esperado y que no haya genes recesivos que se expresen en la descendencia arruinando sus expectativas.
Historia de la ilegalización del cannabis
Para explicar la historia del cannabis, no basta con contar cómo se ha moldeado esta planta para satisfacer las necesidades del ser humano, existen otros factores que han terminado dándole forma a esta especie como por ejemplo el contexto legal. A principios del siglo XX se inició en Estados Unidos un proceso prohibicionista contra el cannabis que marcaría para siempre no solo la historia de esta planta, ¡sino también su composición química!
En 1913 California aplicó su primera ley prohibicionista incluyendo el cannabis en la Poison Act, e iniciando así una fiebre ilegalizadora a la que rápidamente se sumaron otros Estados. Durante las primeras dos décadas del siglo XX se produjeron dos fenómenos en USA que contribuyeron a la estigmatización del cannabis en la sociedad blanca americana:
- El flujo migratorio de mexicanos a los Estados del Oeste produjo serias tensiones, esto, sumado al hecho de que estos inmigrantes trajeron consigo la costumbre de fumar marihuana (una tradición fuertemente arraigada en su país de origen), hizo que el consumo de esta planta comenzara a verse con malos ojos.
- En los años 20 el cannabis se convirtió en un elemento muy presente en la escena musical del jazz. Por ello, la sociedad estableció una relación entre el perfil del consumidor de cannabis y esos músicos negros que llevaban un “mal estilo de vida”.
Así es como el racismo y el prohibicionismo se unieron para generar el estigma que ha perseguido durante décadas al cannabis, creando la idea colectiva en la sociedad conservadora y blanca estadounidense de que la marihuana era “cosa de negros, mexicanos y delincuentes”.
Prohibicionismo y alarma social: la campaña mediática contra el cannabis
En 1930 se creó un organismo para el control de ciertas sustancias, la FBN (Federal Bureau of Narcotics), cuyo director, Harry J. Anslinger declaró la guerra contra el cannabis y se marcó como objetivo su ilegalización.
Para conseguirlo, Anslinger se alió con William Randolf Hearst, dueño de un conglomerado de prensa escrita que comenzó a propagar una campaña contra el cannabis en sus periódicos; esta campaña difamatoria se orquestó a través de noticias alarmantes y amarillistas sobre cómo la marihuana estaba arruinando la vida de los jóvenes americanos. En realidad, Hearst tenía también sus propios motivos para apoyar desprestigiar el cannabis, ya que había apostado por el sector de la madera, que por aquel entonces se veía fuertemente amenazado por el cáñamo.
Marihuana Tax Act: el principio del fin
El 2 de agosto de 1937 se aprobó en el Congreso la Marihuana Tax Act, una ley presentada por Anslinger que imponía sanciones de hasta 2000 dólares y penas de hasta 5 años de cárcel para aquellas personas que consumieran recetaran o prepararan cannabis o sus derivados.
Aunque esta ley no suponía una criminalización directa de la planta del cannabis sí que pretendía disuadir de su uso y fue el primer paso hacia una prohibición federal sobre el cáñamo. La aprobación de esta ley dotó de mayor poder al FBN, que se convirtió en la única autoridad para aprobar estudios o investigación que tuvieran como base la planta del cannabis.
A partir de 1950 el FBN cambió de estrategia en su discurso para demonizar la planta del cannabis y pasó del racismo al anti-comunismo, una ideología muy extendida por aquel entonces entre los americanos. La idea central de la propaganda prohibicionista era que el cannabis era la “droga puente” que conducía a la heroína y, dado que esta droga provenía de la China comunista, la marihuana formaba parte de un maquiavélico plan del enemigo para arruinar a la juventud americana.
Década de los 50: Endurecimiento de las leyes antidrogas
A partir de los años 50 la llamada guerra contra las drogas tomó forma legislativa y se plasmó en dos leyes que marcarían un antes y un después en la historia del cannabis:
- Acta Boggs: esta ley aprobada por el Congreso en 1951 puso a la marihuana al mismo nivel que otras drogas como la cocaína o la heroína. Esencialmente el Acta Boggs fue una de las medidas más represivas de la historia pues estableció la pena de cárcel para los delitos relacionados con drogas.
- Acta de Control de Narcóticos en 1956: en 1955, un subcomité del Senado realizó una investigación a nivel nacional sobre el tráfico y la venta de narcóticos ilegales. Esta investigación condujo a la Ley de Control de Narcóticos de 1956, que aumentó las sentencias para los narcotraficantes a un mínimo obligatorio de cinco años por la primera infracción y un mínimo obligatorio de 10 años por todas las infracciones posteriores. La Ley también prohibía a los jueces suspender las sentencias o imponer la libertad condicional en los casos en que consideraban que una sentencia de prisión era inapropiada.
Tanto la Ley Boggs de 1951 como la Ley de Control de Narcóticos de 1956 fracasaron estrepitosamente. La justificación de ambos proyectos de ley y las sentencias mínimas obligatorias tuvieron poco o ningún impacto en la propagación de las drogas en todo el país, más bien al contrario, ya que la popularidad de las drogas ilegales siguió creciendo. Es más, durante el período de tiempo en que estas Leyes estuvieron en vigor, nuevas drogas alucinógenas comenzaron a ganar adeptos.
Años 70: War on drugs
A principios de la década de los 70 el presidente Richard Nixon declaró la llamada “guerra contra las drogas”, alegando que el cannabis y otro tipo de sustancias estaban perjudicando seriamente a la juventud y amenazando el futuro del país.
Bajo este precepto, se aprobó la Controlled Substances Act, la ley que estableció la política federal estadounidense que conocemos hoy en día, y que situó al cannabis como una droga de nivel I, considerada tan peligrosa como la heroína.
A nivel internacional la influencia de Estados Unidos no tardó en hacerse notar, si los americanos habían declarado enemigo público número uno a las drogas, el resto del mundo debía hacer lo propio. Por ello, la fiscalización de las drogas a nivel internacional no se hizo esperar, en 1961 se firmó la primera convención única sobre estupefacientes, un acuerdo en el que 185 países se comprometieron a limitar únicamente para fines médicos o científicos la producción, posesión y tráfico de estupefacientes. Asimismo se fiscalizaron también las materias primas, incluyendo la planta del cannabis.
A este primer tratado le siguieron dos más en 1971 y 1988 que no hicieron más que reforzar la tendencia prohibicionista, poniendo el foco también en otro tipo de drogas como el LSD, el MDMA, etc.
California en los años 70: de las Landrace a los primeros híbridos
Bajo este contexto prohibicionista de la “war on drugs” nos situamos en los años 70 en una América en la que muchos jóvenes se sienten defraudados por el sistema y, siguiendo los preceptos de la ideología hippie, deciden crearse una vida al margen de la sociedad.
Muchos se instalan en comunas donde comienzan a cultivar sus propios alimentos y a vivir bajo sus propias normas. Para ello, se mudan al norte de California a la región que hoy en día se conoce como “triángulo esmeralda” y que compone los condados de Humboldt, Trinidad y Mendocino. Esta región, que hoy en día es conocida por ser la meca del cannabis a nivel mundial, acogió a todos aquellos jóvenes que buscaron cobijo en la salvaje y aislada geografía de la región.
Y es que, aparte de cultivar hortalizas, los hippies que se instalaron allí llevaron el cultivo del cannabis consigo. Recordemos que el cannabis que llegaba a USA por aquel entonces provenía de países centroamericanos como México y Colombia, y no siempre era de la mejor calidad; flores de Landraces Sativa como Santa Marta Gold, o Punto Rojo, que venían en muchas ocasiones con algunas semillas en su interior.
Fueron esas semillas de Landrace tardías acostumbradas a climas cálidos las que los americanos instalados en climas con veranos cortos se pusieron a cultivar. Y es que, esta zona del norte de California, si bien se ha hecho famosa por ser el lugar donde se cultiva el mejor cannabis del mundo, no reúne necesariamente las mejores condiciones ambientales para esta actividad. De hecho, el clima de la región es más bien frío y lluvioso, con abundancia de niebla sobre todo en la costa.
Sin embargo, esta área ofrecía unas condiciones de aislamiento que eran perfectas para el cultivo del cannabis con discreción, algo de vital importancia en esos momentos. Grandes extensiones de naturaleza apenas habitada en las que perderse y cuya geografía dificultaba el acceso y el control a la policía.
Podríamos decir que esos jóvenes se “escondieron” en las zonas montañosas de Humboldt y otros condados para poder vivir a su manera y cultivar cannabis sin ser descubiertos.
La hippie Trail y la llegada de las «Indicas»
Como acabamos de mencionar, las semillas que los nuevos cultivadores americanos usaron al principio provenían de las variedades Sativa adaptadas a climas tropicales. Esas genéticas que habían desarrollado una morfología específica para sobrevivir en climas muy calurosos y en regiones cercanas al ecuador tenían un periodo de floración muy largo.
En ese clima más frío del norte de California en el que los veranos eran más cortos y las lluvias y el mal tiempo otoñal llegaban puntuales, las Lancrace Colombianas y Mexicanas resultaban demasiado tardías, y en muchas ocasiones los cultivadores debían hacer peripecias para que no se arruinara toda la cosecha.
Esto cambió con la llegada de las variedades índicas a América de la mano de aquellos jóvenes que se aventuraban a lo que se conocía como la «Hippie Trail”. Este sendero, también conocido como “the overland”, era un recorrido por tierra desde Europa hacia el Sur de Asia, principalmente hasta India y Nepal. Los jóvenes seguidores del movimiento contracultural hacían este viaje con diferentes propósitos, algunos incluso se quedaron a vivir en zonas como Goa (India), creando así “asentamientos” de occidentales en lugares que para aquel entonces resultaban remotos y exóticos.
Sin embargo, muchos de estos jóvenes volvíieron a casa pasado un tiempo trayendo consigo las semillas de aquellas variedades de cannabis que habían probado en su viaje, cepas de Nepal, Tailandia, India…Así fue como llegaron a USA las variedades afghanas y pakistanís, Landrace adaptadas a climas áridos que tenían periodos de floración cortos. Esto marcaría un antes y un después en la historia de la marihuana, pues aquellos cultivadores underground al amparo del anonimato comenzaron a crear los primeros híbridos cannábicos. El objetivo era claro: acortar el periodo de floración.
Así fue como la morfología y la composición de la planta del cannabis cambiaría para siempre, acababan de nacer los híbridos, pilares del mercado cannábico que conocemos hoy en día. Pero de esto, y de mucho más, hablaremos en el próximo capítulo…¡No te lo pierdas!
Cali Terpenes
