Debido al marco de ilegalidad en el que se ha encasillado a la planta del cannabis durante décadas, existen muchos rumores acerca de sus efectos secundarios que realmente no están respaldados por la ciencia o la medicina. Lejos de ser una sustancia inocua, el cannabis tiene tanto efectos secundarios como propiedades terapéuticas, por ello, la información real y contrastada, así como la educación al usuario, son esenciales para la prevención de riesgos asociados a su consumo.
En este artículo analizaremos algunos de los mitos y también sobre las verdades que hay detrás de esto.
Mitos comunes sobre el cannabis y el cerebro
Empezamos entonces con los mitos más comunes sobre cómo afecta la marihuana en el cerebro:
Mito 1: El cannabis mata células cerebrales
Este mito ha circulado durante mucho tiempo, haciendo que muchas personas adviertan sobre el consumo de cannabis en relación a la “pérdida de neuronas”. Sin embargo, la evidencia científica sugiere que este mito podría no estar basado en la realidad.
Algunos estudios afirman que el cannabis no mata células cerebrales de manera significativa. De hecho, en el cerebro humano se encuentra una alta concentración de receptores del sistema endocannabinoide que interactúan con los fitocannabinoides de maneras más complejas de lo que se conocía hace unos años.
Por ello, se ha estudiado el tratamiento de varias enfermedades neurodegenerativas como el parkinson o el Alzheimer con cannabinoides, concretamente, con CBD, por su capacidad neuroprotectora.
Un estudio específico que se ha citado en contextos relacionados con la falta de evidencia de muerte neuronal por el consumo moderado de cannabis es «Cannabis and the brain: a review«. Este artículo revisa varios estudios y concluye que aunque el consumo crónico de cannabis puede estar asociado con alteraciones cognitivas, no hay evidencia sólida que respalde la muerte neuronal como consecuencia directa del consumo moderado de cannabis.
Sin embargo, es importante señalar que los resultados pueden variar según el tipo de cannabis, la cantidad consumida, la frecuencia y la duración del uso, así como otros factores individuales.
Mito 2: El cannabis causa psicosis de forma automática
La salud mental es un tema muy importante que requiere que los usuarios tengan la mayor cantidad de información fiable al alcance para promover la prevención de riesgos.
En este sentido, se ha especulado mucho sobre la relación entre el consumo de cannabis y el riesgo a padecer psicosis. Es importante entender que se trata de un tema complejo que no se puede simplificar con afirmaciones categóricas, ya que intervienen distintos factores genéticos y ambientales.
Se cree que el cannabis puede desencadenar psicosis en personas con predisposición a esta condición, pero no es la única causa. Al parecer, la cantidad, la potencia del cannabis y la frecuencia de consumo juegan un rol importante en este tema.
Relación entre psicosis y la composición del cannabis
Algunos estudios científicos han explorado la relación entre la composición de cannabinoides de las variedades de cannabis y la psicosis. Dos de los compuestos más estudiados en este sentido son el THC y el CBD, siendo el primero el más conocido por sus efectos psicoactivos.
Se ha sugerido que el consumo abusivo y prolongado de cannabis con altos niveles de THC podría aumentar el riesgo a padecer psicosis, especialmente en aquellas personas con predisposición a trastornos psicóticos.
Por otro lado, el CBD, también presente en la composición del cannabis, ha demostrado tener propiedades antipsicóticas que pueden contrarrestar algunos de los efectos psicoactivos del THC. Algunos estudios sugieren que las cepas de cannabis con una proporción más alta de CBD con respecto al THC, e incluso las que solamente contienen CBD (y menos de un 1% de THC), podrían tener menos probabilidad de desencadenar psicosis o incluso tener efectos terapéuticos en personas con trastornos psicóticos.
Es importante destacar que la relación entre el cannabis y la psicosis es compleja y multifactorial. Factores genéticos, ambientales y de estilo de vida también pueden desempeñar un papel en la susceptibilidad a la psicosis. Además, la investigación sobre este tema está en curso, y se necesita más evidencia para comprender completamente la relación entre la composición de cannabinoides y la psicosis.
El sistema endocannabinoide y su relación con la psicosis
En un estudio reciente, se exploró si el sistema endocannabinoide de nuestro organismo podría estar alterado en personas con psicosis. Los resultados revelaron que las personas del ensayo que padecían de algún trastorno psicótico tenían niveles más elevados de anandamida en el líquido cefalorraquídeo y la sangre, así como una mayor expresión de receptores CB1 en las células inmunes periféricas, en comparación con las personas sanas.
Además, la gravedad de los síntomas psicóticos se asoció con cambios en los niveles de anandamida y la expresión de receptores CB1 y CB2.
Se observó una mayor actividad del sistema endocannabinoide en las etapas iniciales de la enfermedad y en individuos no tratados con antipsicóticos; así como una disminución de esta actividad después de un tratamiento exitoso. Este mecanismo parece actuar como una forma natural de regulación contra la psicosis, sugiriendo que los tratamientos exitosos reducen esta necesidad de retroalimentación negativa.
Por tanto, no se puede establecer que el consumo de cannabis desate necesariamente y de forma inmediata un episodio psicótico, lo que sí que parece ser evidente es que los mecanismos implicados en esta enfermedad tienen que ver con el sistema endocannabinoide y que merece la pena seguir investigando en esta dirección.
Realidades comprobadas por la ciencia sobre el efecto del cannabis en el cerebro
Así como los mitos corren como la pólvora enturbiando la realidad y proyectando una imagen distorsionada de la planta al usuario, la ciencia sirve para comprobar de manera empírica diferentes cuestiones. Veamos qué hallazgos existen en relación con el efecto del cannabis sobre el cerebro.
Realidad 1: El cannabis puede tener efectos secundarios cognitivos temporales
Varios estudios científicos han investigado los efectos cognitivos temporales que pueden derivarse del consumo de cannabis. La evidencia sugiere que cuando una persona está bajo los efectos psicoactivos del cannabis, se podría producir un deterioro a corto plazo en varios dominios cognitivos básicos, incluyendo el aprendizaje y la memoria, el control atencional y la inhibición motora. ¿Qué significa esto? Pues que durante el llamado “colocón” de cannabis, la persona tendría más dificultades para aprender, recordar lo aprendido bajo los efectos, prestar atención y quizá su habilidad motora sería algo más “torpe”. Sin embargo, estos efectos desaparecerían completamente una vez pasada la embriaguez.
Cuando se trata del deterioro a largo plazo y más permanente de los procesos cognitivos derivados del consumo crónico de cannabis, los investigadores remarcan que es necesario realizar una mayor investigación sobre este tema. Por ahora, lo que varios estudios han logrado vislumbrar es que el consumo de marihuana crónico puede causar un deterioro funcional en las habilidades cognitivas a largo plazo, pero el grado y la duración de este deterioro dependen de factores como la edad de inicio del consumo, la cantidad consumida y la duración del consumo.
Además, varios estudios indican que la mayoría de los consumidores experimentan una recuperación completa de las funciones cognitivas después de un período de abstinencia prolongado.
Realidad 2: El cannabis puede tener beneficios para ciertas enfermedades cerebrales
Se ha demostrado que ciertos compuestos del cannabis, en particular el cannabidiol (CBD), puede tener beneficios en el tratamiento de enfermedades como la epilepsia y el dolor crónico neuropático. El CBD es un cannabinoide no psicoactivo del cannabis que ha demostrado propiedades anticonvulsivas y analgésicas.
Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente su potencial terapéutico y su dosificación adecuada.
Además, desde hace unos años la comunidad científica se ha centrado en investigar las propiedades neuroprotectoras del CBD, con el fin de averiguar si puede ser útil para el tratamiento de algunas enfermedades.
Estos estudios han encontrado evidencias significativas de los beneficios neuroprotectores del CBD:
- Efectos sobre el estrés oxidativo: un estudio publicado en la revista Journal of Neurochemistry analizó el efecto del CBD en el estrés oxidativo utilizando células cultivadas. Los resultados mostraron que el CBD posee una combinación de efectos neuroprotectores, antioxidantes y anti apoptóticos (previene la muerte celular).
- Potencial tratamiento para enfermedades neurológicas: se ha demostrado que el CBD tiene propiedades neuroprotectoras que podrían ser efectivas en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, la Esclerosis Múltiple y la enfermedad de Parkinson.
- Beneficios en salud mental: además, el CBD ha demostrado poseer propiedades ansiolíticas y neuroprotectoras, lo que puede ser útil para personas con trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
- Propiedades analgésicas y antiinflamatorias: además de sus efectos neuroprotectores, el CBD también ha demostrado tener propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Estos estudios sugieren que el CBD podría ser efectivo en el tratamiento del estrés, la ansiedad y los trastornos del sueño.
Realidad 3: El uso responsable del cannabis es clave
Como con cualquier sustancia, el uso responsable del cannabis es fundamental, evitar el consumo excesivo y mantener una relación equilibrada con la planta es esencial para minimizar los posibles riesgos para la salud mental.
Además, la edad de inicio y la frecuencia de consumo también son factores clave, ya que los consumidores adultos que utilizan el cannabis de manera ocasional y consciente tienden a experimentar menos efectos adversos en comparación con aquellos que abusan de su uso.
El cannabis y su impacto en el cerebro es un tema complejo que sigue siendo objeto de estudio por parte de la comunidad científica y médica. Aunque existen mitos que se han hecho populares sobre los efectos del cannabis en el cerebro, la ciencia ofrece una perspectiva más matizada.
Para reducir los posibles riesgos derivados del consumo de esta planta, es importante que la población tenga acceso a información real y contrastada, para que los usuarios puedan tomar decisiones responsables sobre el consumo de cannabis considerando los riesgos y beneficios.
Además, la investigación continua es esencial para comprender mejor los efectos del cannabis en el cerebro, estamos convencidos de que el debate sobre el cannabis continuará evolucionando a medida que se acumule más evidencia científica sobre su impacto en la salud cerebral.
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Cali Terpenes
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